Reflexión del
Arciprestazgo de Gijón ante las Elecciones Generales del 20-XII-2015
PRACTICAR LA "CARIDAD POLÍTICA" EN LA SITUACIÓN
ACTUAL
"La
política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más
preciosas de la caridad, porque busca el
bien común. Tenemos que convencernos de que la caridad «no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las
amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones,
como las relaciones sociales, económicas y políticas». ¡Ruego al Señor que nos
regale más políticos a quienes les duela de
verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!".
(Papa Francisco, La Alegría del Evangelio,205)
I. La convocatoria electoral y el momento social que vivimos
1. El próximo
día 20 de diciembre estamos convocados a elecciones generales, para configurar los
órganos
legislativos que a su vez deben elegir al presidente del Gobierno de España.
Las elecciones son siempre un acontecimiento importante en la vida democrática,
pues permiten decidir en libertad quiénes han de representar al pueblo y
gobernar en su nombre durante el período de
los próximos cuatro años.
2. Esta convocatoria electoral tiene lugar en un momento de difíciles
retos en la sociedad española y
en el
contexto europeo y mundial: los fenómenos de la pobreza, la crisis económica, el desempleo estructural, la pérdida del modelo
social europeo, el terrorismo, el deterioro medioambiental, la
competitividad exacerbada en una economía que excluye del bienestar a multitud de personas y pueblos,¼ son otros tantos desafíos que debemos considerar al ejercer el voto.
3. Además, en nuestro país muchas personas miran la política con recelo
tras constatar que
frecuentemente se aleja del servicio al bien común y del control
ciudadano, es sometida a intereses
de grupos de poder y manchada por prácticas de corrupción. Ello ha creado una
grave desconfianza hacia las instituciones
del sistema político: partidos, gobiernos, parlamentos, tribunales,¼ así como
hacia las personas que se dedican a la actividad política.
4. Junto a los
partidos de más larga trayectoria, concurren por vez primera en unas elecciones
legislativas
algunas nuevas formaciones que se presentan como abanderadas de la regeneración
de la vida política. Sin duda, el resultado de esta convocatoria electoral es
más incierto que en ocasiones anteriores, como constatan los sondeos
preelectorales, y probablemente dibujará un mapa
parlamentario diferente del acostumbrado y más diversificado.
II. Motivación y sentido de esta reflexión
5. Al celebrar
en estos días los cincuenta años de la clausura del Concilio Vaticano II
queremos
recordar la vigencia de su enseñanza, especialmente en cuanto a la
actitud y misión de la Iglesia en la sociedad. Como dice el proemio de la
Constitución Pastoral sobre La Iglesia en el mundo contemporáneo, "los
gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro
tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y
esperanzas, tristezas y angustias de los
discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón" (Gaudium et
Spes, 1).
6. Las reflexiones que aquí se aportan surgen del interés que como
cristianos compartimos con el resto
de la
ciudadanía por mejorar la calidad de nuestra democracia y por colaborar al
logro de una sociedad más justa. Con esa
misma actitud el Arciprestazgo de Gijón celebró el pasado día 2 de diciembre un
encuentro con los candidatos de los principales partidos políticos para
dialogar a partir de las medidas sociales que propone el documento de
Cáritas Española Políticas públicas para una sociedad
más justa. Elaborado a la luz del Evangelio, de la Doctrina Social
de la Iglesia y de la experiencia de lucha contra la pobreza, señala diez
prioridades que deberían guiar la acción política para proteger la dignidad y
los derechos de las personas más empobrecidas (el documento completo puede
verse en www.caritas.es). Tales propuestas nos sirven a la vez como guía de revisión
de las políticas ya desarrolladas por los gobernantes que concluyen su mandato y de los programas que se presentan a la
convocatoria electoral.
III. Mirada a la sociedad española en crisis
7. La
legislatura que ahora concluye ha estado marcada por la gravísima recesión
económica cuyas
consecuencias afectan a buena parte de la ciudadanía y cuyas
causas profundas están relacionadas con estilos de vida consumistas y
economicistas y con un sistema económico- financiero que tiende a privatizar los
beneficios económicos y a socializar las pérdidas, con la colaboración de unos poderes políticos europeos
subordinados a "los mercados".
8. Los informes de la Fundación FOESSA y de otras instituciones han dado
cuenta de las
preocupantes
magnitudes adquiridas en España y Asturias por el desempleo, la desigualdad, la
pobreza y los fenómenos de exclusión social agravados por la crisis. Asimismo,
las respuestas económicas y políticas
impulsadas por las instituciones de la Unión Europea y secundadas por el Gobierno
estatal han deteriorado las condiciones de vida de las clases modestas y los
grupos empobrecidos, con medidas
especialmente dolorosas: aumento de copagos médicos, exclusión de ciertos colectivos del acceso a servicios básicos
como la salud o reducción de los recursos destinados a becas, dependencia, programas sociales y cooperación al
desarrollo.
9. De este modo,
las Administraciones Públicas traspasan la responsabilidad de la protección social
a las familias, ya sobrecargadas por la crisis, a las
organizaciones caritativas y de voluntariado o directamente al ámbito
mercantil, con la consiguiente merma de garantía de los derechos sociales para los sectores en riesgo de pobreza o exclusión.
El intenso incremento de la desigualdad
y de la tasa de riesgo de pobreza infantil, que supera el 30%, es un indicador dramático de la situación social, presentando
España la segunda tasa más alta de la UE.
10. Síntoma de la insuficiente protección social es la proliferación de
iniciativas asistenciales que
ayudan a paliar algunas consecuencias más inmediatas de la crisis, pero
no siempre con la calidad
y organización necesaria para prestar una ayuda eficaz. Además es preciso
diferenciar bien entre la ayuda coyuntural y
la acción social institucional, pues sólo ésta reconoce los derechos de
las personas cuya responsabilidad deben asumir las Administraciones Públicas, destinando para ello los recursos precisos aun a
costa de otro tipo de gastos menos imprescindibles.
11. Desde la
óptica cristiana hay que señalar al respecto que la caridad no se puede convertir
en un
sustitutivo
de la justicia debida, pues como señaló el Papa Benedicto XVI "quien ama
con caridad a los demás, es ante todo justo
con ellos. La justicia no es una vía alternativa o paralela a la
caridad: la justicia es inseparable de la caridad, intrínseca a ella. La
justicia es la primera vía de la caridad o,
como dijo Pablo VI, su «medida mínima»" (Caritas in Veritate, 6).
IV. Representantes de Asturias en perspectiva de solidaridad
12. En las elecciones generales se eligen los diputados y senadores de
cada provincia que, aunque
insertos
generalmente en organizaciones de alcance estatal, tienen el deber principal de
representar y defender los intereses de sus representados, en nuestro caso de
Asturias y de los asturianos, si bien con
sentido de la solidaridad y responsabilidad para con los demás pueblos de España, de Europa y del mundo, cuya cercanía se
experimenta cada vez más en la sociedad globalizada.
13. La realidad
asturiana sigue caracterizada por un prolongado declive: más de noventa mil
personas desempleadas, de las que la mitad carecen de subsidios; pérdida
de empleo y de población,
envejecimiento y merma de la población activa y de la actividad económica: hay 23.000 empleos
menos en Asturias que al inicio de la legislatura que ahora concluye. La economía
regional depende excesivamente de las pensiones y otras transferencias públicas
de rentas. A ello se suman los retrasos en
infraestructuras básicas como el ferrocarril, la ineficiencia de
cuantiosas inversiones ya realizadas (Musel, ZALIA,¼) o la emigración de gran cantidad de jóvenes con
alto nivel de formación que carecen aquí de oportunidades de desarrollo
profesional.
V. Centralidad de las personas y deberes de las Administraciones
Públicas
14. Como han
señalado nuestros obispos, "la crisis no ha sido igual para todos y la
precariedad sigue
manifestándose con gran intensidad en las personas y familias más
empobrecidas"; por ello nos recuerdan que "es
preciso poner a las personas en el centro de cualquier modelo de desarrollo y emplazar a las Administraciones Públicas, en cuanto
garantes de los derechos, a que asuman su responsabilidad de mantener el
estado social de bienestar, dotándolo de recursos suficientes" (Conferencia Episcopal Española, Iglesia servidora
de los pobres, 49).
15. Debemos recordar que es la comunidad política ―por la acción de los
legisladores, los
gobiernos y los
tribunales― la que tiene la responsabilidad de garantizar la realización de los
derechos de sus ciudadanos. A sus gestores, en primer lugar, les incumbe la
tarea de promover las condiciones necesarias
para que, con la colaboración de toda la sociedad, los derechos económico-sociales
puedan ser satisfechos, como el derecho al trabajo digno, a una vivienda
adecuada y al cuidado de la salud. La implantación de un sistema fiscal
eficiente y equitativo es primordial para
conseguirlo.
16. Para ello, Cáritas Española propone reformas muy concretas en las
políticas más relacionadas con
el acceso de las personas empobrecidas a la protección social, la
salud, la vivienda, el empleo¼ y con nuestra responsabilidad en el ámbito de la
cooperación internacional. A la luz de las propuestas de Cáritas, el
discernimiento cristiano ante la convocatoria electoral no puede obviar algunas
cuestiones centrales de justicia social; en concreto preguntamos a las
diferentes
formaciones y candidaturas:
• ¿Cómo van a
combatir la precariedad laboral y el desempleo?
• ¿Qué proponen para reducir la
pobreza y la exclusión social?
• ¿Cómo piensan
garantizar el derecho a la vivienda digna?
• ¿Cómo van a
reformar los impuestos para hacerlos más equitativos?
• ¿Qué harán
para evitar el fraude fiscal y mejorar la financiación de los servicios
públicos?
• ¿Cómo van a
garantizar los derechos humanos a las personas inmigrantes?
• ¿Qué harán
para potenciar una cooperación al desarrollo que supere la injusticia
Norte-Sur?
VI. Mirada global: corresponsables de la paz y el medio ambiente
17. España es un país relevante en el ámbito internacional y nuestros
gobernantes afrontan
responsabilidades
compartidas en el escenario europeo e internacional que también deben ser
consideradas al valorar las opciones políticas. Actualmente la preocupación por
la paz en el mundo y por el cambio climático no pueden ser ajenas a nuestro
discernimiento moral de la política.
18. La reciente
encíclica sobre "el cuidado de la casa común", ha señalado que la
pobreza es también
consecuencia del desprecio al medio ambiente y del cambio
climático causado por estilos de vida depredadores de los recursos naturales.
Afirma Francisco que el cambio climático representa
"uno de los principales desafíos para la humanidad" y considera el
medio ambiente como un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y
responsabilidad de todos (cf. Laudato Si', 23-25). Junto con los representantes de las Conferencias Episcopales
de las diversas partes
del mundo ha hecho un llamamiento a los negociadores de la Conferencia de las
Partes sobre el Cambio Climático "para alcanzar un acuerdo mundial justo
que adopte un enfoque ecológico integral, para que la justicia social se sitúe
en el centro de las preocupaciones, para escuchar
tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres".
19. Sin embargo, este gran reto global
apenas está ocupando espacio en la campaña electoral, pese a
a su coincidencia con la celebración de dicha Conferencia, que se
desarrolla en París del 30 de noviembre al 11 de
diciembre, y en la que se han de establecer los compromisos internacionales
para afrontar ese problema de relevancia mundial, pero también preocupante a
nivel nacional y local: nuestro modelo de vida y de consumo da muestras de su
insostenibilidad en forma de polución, enfermedades, agotamiento de recursos naturales,
empobrecimiento,¼
20. Por otra
parte, la paz mundial, tan anhelada como difícil de lograr, se presenta de
nuevo
obstaculizada no solo por conflictos entre países y bloques, sino
también por nuevos fenómenos de terrorismo global que buscan desencadenar un
"choque de civilizaciones", en el cual se invoca con frecuencia el factor religioso desde algunas facciones del
Islam. Ante ello, es preciso discernir los riesgos de desencadenar
acciones bélicas en respuesta a los conflictos así como sopesar los riesgos que se pueden derivar de la falta de intervenciones
adecuadas, diplomáticas o incluso
armadas, en situaciones en que peligra la libertad de los pueblos y el respeto
a los derechos humanos.
21. La
"guerra justa" es un concepto moral que sigue vigente, aunque
presenta dificultades de
aplicación en un contexto de gran complejidad. En tal escenario es
preciso alentar el esfuerzo por la paz mundial, revalorizando las
instituciones del Derecho Internacional (Carta de la ONU) y fomentando el diálogo interreligioso para lograr
un compromiso ético por la paz y la justicia (cf. La Alegría del
Evangelio, n. 250). Asimismo, hay que exigir que se controle el opaco
mercado del armamento y se logren nuevos
acuerdos para controlar la proliferación de amenazas bélicas. La
encíclica Pacem in Terris del Papa Juan XXIII sigue siendo, más de medio
siglo después de su impactante publicación
en el contexto de la "guerra fría", una valiosa referencia para el compromiso
por una paz mundial basada en los principios de la verdad, la libertad, la
justicia y la solidaridad que han de guiar
las relaciones entre los pueblos del mundo.
VII. Nuestra aportación como cristianos y ciudadanos
22. Las
reflexiones que ofrecemos en este texto quieren ayudar al discernimiento del
momento
político actual y alentar el apoyo a las políticas que, buscando el
bien común, sepan situar como prioridad a las personas que más dificultades
sufren, desde un enfoque abierto a la solidaridad nacional e internacional. Invitamos a los electores y a los miembros de
las diversas candidaturas a tener en cuenta los criterios que aquí expresamos,
así como a valorar la aportación positiva del hecho religioso en la sociedad y en la atención a sus sectores más
empobrecidos.
23. La libertad
religiosa forma parte de los ordenamientos democráticos e incluye la expresión
pública de la
fe, así como su espacio de acción en el ámbito educativo y en la atención a las
personas en instituciones públicas como los
hospitales, centros residenciales de personas ancianas o con discapacidad, instituciones penitenciarias, etc. Nada de
ello supone amenaza para la laicidad
del Estado, sino que responde al ejercicio de las libertades fundamentales y
los derechos humanos.
24. La acción comprometida por los pobres, por el medio ambiente y por
la paz son tres grandes
prioridades a
las que nos convoca actualmente la Iglesia y que el Papa Francisco insiste en
que han de mirarse como estrechamente
relacionadas entre si. Esa misma sensibilidad anima al Equipo de
Pastoral Social a ofrecer estas reflexiones a las comunidades cristianas y a la
opinión pública.
Gijón, diciembre de 2015
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