"Sí tiene lugar en la Escuela"
Defensa de un derecho fundamental
"Contribuye decisivamente a la Educación en mayúsculas de nuestros hijos"
Antonio Salas Ximelis, 24 de julio de 2015 a las 09:32
Si a nadie se le obliga a cursarla ¿a qué viene en cada Reforma su cuestionamiento?
(Antonio Salas Ximelis).- Es curioso comprobar que cuando un Gobierno se plantea reformar el sistema educativo, sea siempre la Religión la asignatura estrella del debate sobre el futuro de la Educación. Se inició la polémica con la LOGSE (Ley Orgánica Genral del Sistema Educativo, 1990), siguió con la LOCE (Ley de Calidad del Sistema Educativo, 2003), volvió a plantearse con la LOE (Ley Orgánica de la Educación, 2007) y ha proseguido con la LOMCE (Ley de Mejora de la Calidad de la Educación).
Es incomprensible que todo el mundo tome postura acerca de la presencia o no de la Religión en la escuela y se erija el tema estelar en cada reforma y no lo hayan sido cuestiones muy importantes y que deberían preocupar a padres, a profesores, a políticos y a la sociedad en general como por ejemplo el desarrollo integral de los alumnos, la calidad de lo que se les enseña y aprenden, su capacitación para la vida personal y social, el clima en las aulas, la disciplina, en definitiva la Educación en mayúsculas.
Se cuestiona una asignatura que es la única que su enseñanza aparece en nuestra Constitución como derecho fundamental de aquellos padres que la desean para sus hijos. La única. Se pone en cuestión y se exige por parte de determinados sectores y personas y partidos políticos su expulsión de la Escuela. He podido leer y escuchar que la religión no tiene cabida en ella. Se afirma que el saber sobre lo religioso y cualquier manifestación debe circunscribirse al ámbito de las familias y de las sacristías. Se afirma que la Religión es algo del ámbito de lo estrictamente privado.
Es la única asignatura sometida en cada curso escolar a refrendo. A nadie se le obliga a cursarla desde que vivimos en democracia. Y todos los cursos los padres tienen que optar porque sus hijos la cursen o no. Y, a pesar de todos los problemas que se encuentran padres y alumnos para elegirla, curso tras curso el dato arroja una elección de cerca de cuatro millones de alumnos. Son a tener en cuenta el número de padres y madres que consideran que para la educación de sus hijos, la enseñanza de la Religión, no la catequesis que no tiene cabida en la escuela, supone dotarles de unos conocimientos, procedimientos, actitudes y competencias que les ayuden a ser alguien ilustrado acerca del fenómeno religioso, a ser mejor persona y a ser un buen ciudadano. En definitiva, a ser una persona educada.
Si a nadie se le obliga a cursarla ¿a qué viene en cada Reforma su cuestionamiento?No se comprende que quienes hacen de la libertad bandera, pretendan cercenar la libertad de los que opinan de forma diferente cayendo en aquello que, desde el desconocimiento, acusan: adoctrinar.
La enseñanza de la Religión que se imparte hoy en los colegios e institutos lejos de ser catequesis, lejos de adoctrinar, contribuye como lo hacen el resto de asignaturas a dotar a los alumnos de aquellas herramientas intelectuales, del conocimiento y del saber que les van a ayudar a comprender y a comprenderse, a convivir y compartir, a descubrir la propia riqueza y potencialidades y la de los otros, a entender la historia, el presente y a atisbar con ilusión y esperanza el futuro.
La enseñanza de la Religión está abierta no sólo al que cree, también al que no cree y al que se interroga y busca. Porque una Educación y un Sistema Educativo que se precie tiene que posibilitar, no coartar, el que no sólo puedan plantearse cuestiones de sentido, sino también posibilitar el conocimiento y estudio acerca cuáles han sido a lo largo de la historia de la humanidad los interrogantes que el ser humano viene planteándose desde sus más lejanos orígenes.
La asignatura de Religión sí tiene su lugar en la Escuela, sí debe ser objeto lo religioso de análisis y estudio como saber que permite entender con rigor nuestras raíces, nuestra historia, cultura, folklore, arte, música, literatura, tradiciones... La ignorancia, el analfabetismo religioso, la ausencia de criterios, la prohibición a plantearse cuestiones de sentido no pueden ser un buen humus para una sociedad libre y liberadora, para una convivencia solidaria, para una vida justa y plena.
Totalmente respetables las posturas de quienes no desean para sus hijos ninguna formación e información en el currículo acerca de la Religión y lo religioso. Pero respeten que sí haya un lugar para esta asignatura para quienes consideramos que contribuye decisivamente a la Educación en mayúsculas de nuestros hijos, a su formación integral que es también un derecho fundamental.
Antonio Salas Ximelis
Profesor de Pedagogía
Profesor de Pedagogía
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