Cien frases del papa Francisco
Con ocasión de
la visita del papa Francisco a México, el obispo de San Cristóbal de las
Casas, Mons. Arizmendi ha propuesto a sus fieles meditar algunos
de sus mensajes. Extendemos la iniciativa a nuestros lectores.
CIEN FRASES
DEL PAPA FRANCISCO
Con ocasión de su visita,
es conveniente meditar algunos de sus mensajes. Escoge algunas de estas frases y pide al Espíritu Santo que te ayude a poner en práctica lo que Dios te dice por medio del
Sucesor de Pedro.
1.
LA MISERICORDIA DIVINA
2.
La misericordia es el don más precioso de Dios. La
misericordia es el corazón de Dios. Por ello debe ser también el corazón de
todos los que se reconocen miembros de la única gran familia de sus hijos.
3.
Descubramos la ternura que nuestro Padre celestial
tiene a cada uno. Que resplandezca la belleza del amor salvífico de Dios
manifestado en Jesucristo muerto y resucitado.
4.
Que el Año Santo de la Misericordia sea una ocasión
privilegiada para reforzar la comunión, perfeccionar la unidad, reconciliar las
diferencias, perdonarnos unos a otros y superar toda división.
5.
Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de
nuestra esperanza. En Jesús todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de
compasión.
6.
La alegría del Evangelio llena la vida de quienes
se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.
7.
Quienes se dejan salvar por Jesús son liberados del
pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. La Iglesia
necesita imperiosamente el pulmón de la oración.
8.
El amor del Señor no se ha acabado, no se ha agotado
su ternura. Donde está Dios, hay esperanza; y donde hay esperanza, las personas
encuentran su dignidad. Hagamos la revolución de la ternura.
9.
Fijemos la mirada en Jesús. A veces se habla más de la
Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios. ¡Jesús es el
Señor!
10.
No puede haber auténtica evangelización sin
la proclamación explícita de que Jesús es el Señor.
11.
La primera forma de indiferencia en la sociedad humana
es la indiferencia ante Dios, de la cual brota también la indiferencia ante el
prójimo y ante lo creado. Esto es uno de los graves efectos de un falso
humanismo y del materialismo práctico, combinados con un pensamiento
relativista y nihilista